Parte 1
Niños y jóvenes con derechos vulnerados en el Valle de Aburrá
Violencia sexual, el abuso físico, la negligencia y el trabajo infantil son algunas de las maneras en la que los menores de edad ven afectados sus derechos y principalmente el de tener una vida digna, algo que le debe garantizar el estado y especialmente su familia, pero esto no se da como debe ser en Colombia.
La vulneración hacia los niños se ve principalmente en sus hogares, lo que es muy preocupante; así lo revela Ángela Rosales, directora del Programa Aldeas Infantiles SOS Colombia. "Se supone que la familia está para proteger a sus hijos e hijas, para cuidarlos y quererlos; pero lo que se ve es una tendencia contraria, en donde en las mismas casas son víctimas de abuso físico, emocional y sexual" asegura.
La violencia que vive el país, también hace estrago en los niños y jóvenes, de esta manera lo asienta la Policía Nacional. Por otra parte la pobreza extrema lleva a muchos menores a trabajar o a situación de calle obligando a los menores a pasar penurias y no tener personas que estén pendientes de ellos. En muchas ocasiones la necesidad de los padres por trabajar hace que dejen a sus hijos solos o en ambientes que los puedan influenciar negativamente porque no cuenta con la ayuda de familiares o recursos para pagarle a alguien que se haga cargo de los menores.
Una constante que se presenta en los niños y adolescentes, es el reconocimiento de los grupos armados ilegales como autoridad, pues ven que son los únicos que imponen orden en los sectores donde viven. Lo cual demuestra que la falta de presencia por parte de la fuerza pública o entidades oficiales, está permitiendo el aprovechamiento de dichos grupos para acceder a los menores de una forma más fácil.
Es así como la mayoría de los infantes que viven dicha realidad se ven obligados a salir de sus hogares y recurrir a la mendicidad porque les empieza a gustar el dinero y lamentablemente es una técnica que usan los delincuentes para lucrar, usar a los niños y adolescentes porque es más fácil que las personas les den plata. Pero luego que los pequeños no dan los resultados necesarios los dejan botados y viviendo en la calle como lo revelan cifras del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).
Actualmente la situación de calle es uno de los aspectos que representa un alto porcentaje de vulneración de los derechos de los niños y jóvenes en Colombia, especialmente en el Valle de Aburrá, que aún tiene sectores donde dominan las pandillas, zonas de expendio de sustancias psicoactivas y diversas formas de trabajo informal.
Y aunque existen programas por parte de entidades como la Alcaldía de Medellín, en donde recogen a los niños y jóvenes que viven en la calle, trasladándolos a albergues donde se les brinda todo para estar mejor; en muchos casos algunos menores prefieren no permanecer en estos lugares y regresar a las calles; como lo revela María Lucia Angarita, quien trabaja con la dependencia de Espacio Público.